El crecimiento de las plantas se determina con el aumento de la masa, volumen o tamaño. Este último significa tallos largos, más brotes laterales o basales y mayor área foliar. Este crecimiento está influenciado por muchos factores, y ahora veremos a la luz como el más importante de estos factores.
Efecto directo
La luz tiene un efecto directo y muy notable en muchos eventos bioquímicos y fisiológicos en las plantas como; germinación, fotosíntesis, fotoperiodismo y crecimiento (fototropismo). Para que se lleven a cabo todos estos procesos se necesita una radiación con longitud de onda que va desde 400-700 nm que es la radiación fotosintéticamente activa (PAR). Esta comprende los colores violeta, azul, verde, amarillo, naranja, y rojo.
Luz necesaria para la germinación
Para que una semilla germine necesita de temperatura, agua y oxígeno. Sin embargo existen especies que necesitan de luz para completar su germinación. Según la Universidad Estatal de Carolina del Norte, la petunia, coleos, balsamina, begonias y lechuga son las especies que necesitan de luz para que su germinación se lleve a cabo. Esta luz que se necesita para germinar puede ser natural o artificial.
Según la Universidad politécnica de Valencia, la luz roja (660nm) más efectiva para inducir la germinación de las semillas, es la misma que está implicada con la floración. Y la luz que puede inhibir estos procesos es la luz de 730nm.